La Junta de Andalucía vuelve a demostrar su carácter dependentista, su inexistencia como órgano soberano andaluz y su nula voluntad política de acabar con la ocupación y presencia de bases militares extranjeras: yanquis, inglesas y españolas.
Si la semana pasada el consejero de la Presidencia de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, ya dejó claro que el Gobierno andaluz no tiene "ningún conflicto" con EEUU, en relación a los planes de EEUU sobre los soldados yankis en zonas con ébola, hoy ha acudido a media mañana a Madrid para una reunión con Pedro Morenés en el Ministerio de Defensa, para dejar claro no la voluntad de soberanía de un pueblo andaluz que ni quiere bases ni quiere verse involucrado en guerras imperialistas, sino para advertir de que “es el Gobierno de la Nación quien tiene que informar al Ejecutivo Andaluz de las peticiones de EEUU, del uso de las bases y de los protocolos, por lo que desde la Junta se confía en que el ministro dé una completa información sobre los acuerdos con EEUU”.
Esto, en alta política internacional, significa llorar por dejar de ser un convidado de piedra, algo que el Gobierno títere andaluz dependiente de Madrid, ha dejado claro y evidenciado en numerosas ocasiones. Una situación ridícula y esperpéntica que llevó a la propia Susana Díaz a criticar que “tuviera que enterarse por la prensa de lo sucedido”.
Durante la reunión, está previsto que el consejero de la Presidencia pregunte sobre el contenido de los acuerdos alcanzados por el Estado Español con Estados Unidos sobre la utilización de las bases americanas en Andalucía, sin que haya trascendido más información por ahora, dentro de la nueva estrategia imperialista de vigilancia y control de África que desarrolla EEUU en la zona bajo el pretexto de la lucha contra el ébola en África occidental.
La Otra Andaucía