lunes, 5 de enero de 2015

DE "TOMAS" Y "MITOS"

http://laotraandalucia.org/node/2219

LAS CELEBRACIONES DE LAS CONQUISTAS DE LAS CIUDADES ANDALUZAS COMO FORMA DE FIJAR LOS MITOS EN EL IDEARIO COLECTIVO ANDALUZ.






A cada periodo de toma de conciencia identitaria y activismo político y social en la dirección de la recuperación de derechos colectivos en Andalucía, ha seguido un periodo de dura represón cultural y política.

A los movimientos soberanistas del S.XVIII y primer tercio del S.XX continuó un largo periodo de represión cuyos marcadores culturales continuan en la actualidad.

El Nacional-Catolicismo instaurado por el Dictador Francisco Franco tras el triunfo del golpe de Estado militar, protagonizó una represión política contra todos los movimientos opositores, incluido el nacionalismo andaluz, cuyo punto más álgido es el asesinato de Blas Infante.

A la represión política a través de asesinatos, encarcelamientos, deportaciones...le siguió la represión cultural que intentaba borrar la historia y cultura andaluza del imaginario colectivo para asimilarla a una historia inventada que sirviera como amalgama del nuevo Estado para mantener los mismos principios que llevaron a los Reyes Católicos a las operaciones de conquista que forjaron el actual Estado español: unidad territorial, religiosa y lingüstica que sirviera a a la nobleza conquistadora para controlar a la población conquistada. Asimilación o represión fue la política seguida por las monarquías castellanas con respecto a la población andaluza. La Dictadura franquista siguió el mismo método de control. Una vez finalizada la represión política comenzó la represión cultural a través del control de la información, de la formación y la divulgación histórico-cultural.

En la tarea de obligar al pueblo andaluz a aceptar los prejuicios, dogmas y Mitos que los asimilaran a la “historia oficial” tuvo especial importancia la celebración de las “Tomas”, “Pendones” “Moros y cristianos” y otras representaciones populares de la conquista, cuyo inicio está en el comienzo de la Dictadura franquista.

Las “Tomas”, “Pendones” y demás representaciones públicas reproducían la sumisión de la población conquistada a los poderes del Estado: Iglesia, Ejército y administración. Estas representaciones eran el complemento a las políticas educativas y culturales que desde el inicio de la Dictadura se implementaron en toda la geografía andaluza y “española” basadas en la conversión de Mitos y Leyendas en “fuentes históricas”. De esta forma se formó a los jóvenes andaluces en los Mitos de la invasión de los árabes, la Reconquista, la expulsión de los moriscos y la la repoblación de Andalucía con Castellanos y Gallegos. El resultado de estas políticas educativas y asimiladoras fue el esperado, la pérdida de la identidad colectiva andaluza y su sustitución por una “identidad española” anti-andaluza, formada por prejuicios contra la propia historia andaluza y contra aquellos andaluces que se resistieron a la conquista, los mismos que ahora eran considerados extranjeros por sus propios descendientes.

El Mito concluyente de las políticas asimilistas es el de la “repoblación” de Andalucía con castellanos y gallegos, ya que el éxito de esta “leyenda” desarmaba cualquier reivindicación en base a cuestiones identitarias, culturales, idiomáticas o históricas. La aculturación programada pudo favorecer la propagación del Mito, ya que hubiera sido imposible en una sociedad formada e informada. La creación del prejuicio hacia el “moro” hacia el diferente, hacia el “otro” permitió la penetración de unas ideas tan burdas y tan carentes de veracidad como las de la “repoblación”.

Una prueba de la vulgaridad de y falsedad de los argumentos esgrimidos por los propagadores de Mitos es la de la repoblación de las Alpujarras con Gallegos.

No voy a escribir contra un pueblo tan querido y admirado como el gallego y que como el andaluz ha sufrido la represión y la manipulación por parte del Estado español, pero no me queda más remedio que calificar de burda la idea de la repoblación gallega de la Alpujarra.

La idea base para esta ridícula afirmación está en la coincidencia toponímica de algunos pueblos alpujarreños y gallegos, tales como Pampaneira, Capileira...que por su terminación podría parecer de procedencia gtallega.

La interpretación colonial de la historia hace el resto del trabajo: si hay una relación toponímica es debido a una “repoblación” de gallegos en la Alpujarra. Para tal manipulación se ha tenido que obviar la historia de estas poblaciones, rechazar los estudios antropológicos relativos a costumbres, gastronomía, construcción, métodos agrícolas, lengua...datos que desmienten categóricamente el asentamiento de poblaciones gallegas en la Alpujarra.

Pero hasta el principal argumentario para sostener esa “repoblación” se desmonta fácilmente al poner sobre la mesa la historia de las poblaciones alpujarreñas, cuyos orígenes se remontan a la época prerrománica, siendo de procedencia bereber como lo demuestran diferentes estudios multidisciplinares. Y si la toponímia demuestra una relación entre poblaciones alpujarreñas y gallegas ¿a qué se debe?. Pues simplemente a emigraciones de poblaciones de origen bereber desde el Sur peninsular hacia el Norte en épocas remotas.

La deconstrucción de la historia despojándola de la interpretación colonial y de los Mitos y Leyendas que los intereses ideológicos han hecho pasar por fuentes históricas, nos dará el conocimiento de una historia ajustada a la realidad de nuestro pueblo.

Al mismo tiempo que vamos construyendo la historia que nos han robado, que han intentado ocultarla bajo miles de mitos, leyendas, mentiras, manipulaciones, falsedades...tenemos que seguir denunciando la celebración de actos racistas y xenófobos promovidos por los herederos políticos de los genocidas que en el S.XV asesinaron, deportaron, violaron, esclavizados y aculturizaron a aquellos que por negarse a renunciar a su soberanía y a su cultura, se opusieron a la conquista y a la imposición unicultural que trajeron los conquistadores e impusieron a sangre y fuego.

Las protestas contra las “Tomas” y “Pendones” es el rechazo a la sumisión a los poderes del Estado, así como el rechazo a la interpretación colonial de la historia andaluza.

Por todo esto, seguiremos investigando y difundiendo la historia y la cultura andaluza todos los días del año, sin olvidarnos de nuestra cita en Graná el 2 de Enero para gritarles a los herederos del genocidio “Los genocidios no se celebran”, “no eran moros, eran granainos”, “No a la Toma. Sí a Mariana” y exigir “volver a ser lo que fuimos” mientras resuena el grito de “INDEPENDENCIA, INDEPENDENCIA, INDEPENDENCIA”.

Alí Manzano.


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