http://www.insurgente.org/index.php/2012-04-11-10-03-53/europa/item/14542-sigo-rechazando-cualquier-posibilidad-de-retroceder-y-respondo-con-lucha-hasta-la-victoria-o-lucha-hasta-la-muerte
Esa es la actitud de Nikos Romanós, un preso que lleva 28 días en huelga de hambre en Grecia, en protesta porque los jueces le negaron un permiso para estudiar en la universidad, argumentando la existencia del "riesgo de fuga".
Así de tajante se muestra en un comunicado hecho público el 3 de diciembre.
El autoproclamado anarquista, de 21 años, se encuentra en el hospital Gennimatas de Atenas, bajo estricta vigilancia.
Solo ingiere agua y se niega a que lo alimenten de forma intravenosa.
"Recalco que he firmado oficialmente mi negación a recibir cualquier tipo de suero", insiste en el comunicado escrito.
Así que su salud se deteriora por momentos.
"Está en situación crítica", en palabras de su propio padre, Giorgos Romanós.
Sospechas de tortura
Romanós fue detenido y condenado a 15 años y 11 meses de cárcel en 2013 por atracar dos bancos en Kozani, en el norte del país, junto a otros tres jóvenes.
Giorgos Romanós, el padre del huelguista, dice que la situación de salud de su hijo es "crítica".
"Como anarquistas consideramos atracar un banco una opción de resistencia consciente", explica hoy aquel hecho el propio Romanós.
"El objetivo de nuestra acción no ha sido el enriquecimiento personal. El ataque a los templos del capital es parte de nuestra acción revolucionaria", añade en otro de sus frecuentes mensajes que se extiende rápido por las redes sociales.
Y termina: "No colaboramos, no nos diculpamos. Viva la anarquía".
Romanós y los otros tres detenidos fueron acusados concretamente de asociación criminal, robos en serie, secuestro, tenencia ilícita de armas, uso de identidades falsas y daños materiales.
Además, se les relacionó, a él y a otro de los arrestados, con la Conspiración de las Células de Fuego, un grupo que saltó a la luz en 2009, y al que se le atribuyen unas cartas bomba dirigidas a varios consulados europeos, una serie de ataques contra edificios públicos y un atentado sin víctimas en un centro comercial al norte de Atenas, entre otros.
Ante esto, Romanós confesó a la policía ser "miembro de una guerrilla urbana", pero negó su pertenencia a la Conspiración de las Células de Fuego.
Caso político
La detención no fue una más en una Grecia convulsa.
El caso se tornó político cuando las fotografías de los cuatro arrestados con moretones, golpes y evidentes signos de violencia salieron a la luz en febrero del año pasado.
La lucha tiene pérdidas también, puesto que en los caminos hacia una vida digna debemos ir de la mano con la muerte, poniendo en jaque todo para lograrlo todo
Nikos Romanós, preso en huelga de hambre
Las reacciones no se hicieron esperar.
La fiscalía de Atenas ordenó una investigación de inmediato.
El ministro del Interior griego, Nikos Dendias, prometió "un castigo sin piedad" para los autores si se demostraba la tortura.
Además, admitió que las imágenes habían sido retocadas mediante un programa de edición gráfica "para que las personas pudieran ser reconocidas" y se recogieron así en la ficha policial.
Amnistía Internacional, junto a los familiares de los detenidos y otras organizaciones, denunció la manipulación.
"Las autoridades griegas no pueden borrar con Photoshop sus problemas. Esta cultura de la impunidad debe terminar", dijo la organización el 3 de febrero de 2013.
Ante aquello, Romanós dice hoy: "Acerca de nuestra tortura por las fuerzas represivas, no queremos que constituya un punto de nuestra victimización (...). Que las marcas de las torturas que hemos sufrido sean un pretexto más para transformar la rabia en acción".