domingo, 11 de enero de 2015

10 de enero de 2015: 82º aniversario de la matanza de jornaleros de Casas Viejas (videos)

Este 10 de enero se conmemora el 82º aniversario de aquel otro de 1933 en que tuvo lugar la matanza premeditada de 22 jornaleros andaluces de la Sierra de Cádiz en la localidad gaditana de Casas Viejas. Un vergonzoso crimen de estado perpetrado durante la II República Española por sus “fuerzas del orden”.
En aquellas fechas la CNT, el sindicato de clase revolucionario y mayoritario en Andalucía, muy especialmente entre los jornaleros, había realizado un llamamiento al levantamiento obrero en todo el Estado, a una huelga general revolucionaria, y los jornaleros de Casas viejas lo hicieron ese 10 de enero, proclamando el comunismo libertario en la población, el reparto de tierras y la abolición de la propiedad privada. Eran sólo un puñado de trabajadores del campo, mal armados con unas pocas escopetas de caza obsoletas.
Al día siguiente, el día 11, entran en el pueblo cientos de efectivos de la Guardia Civil y de la Guardia de Asalto (la policía republicana), enviados por los representantes del gobierno de Azaña. La mayoría de los jornaleros huyen a la sierra pero, a pesar de haber concluido de facto el levantamiento, las “fuerzas del orden” entran casa por casa, sacando a sus habitantes y asesinando a decenas de ellos. Francisco Cruz Gutiérrez, apodado Seisdedos, un viejo carbonero del pueblo, se refugia en su casa con otras ocho personas. La vivienda es rodeada e incendiada, muriendo todos ellos calcinados o disparados con rifles y ametralladoras al intentar salir y huir.
En total fueron asesinados ese día veintidós vecinos de la localidad. 19 hombres, dos mujeres y un niño.  El capitán Rojas, que mandaba las “fuerzas del orden”, afirmó que había actuado siguiendo órdenes directas de Manuel Azaña que le habría dicho “Ni heridos ni prisioneros, los tiros, a la barriga”. Azaña lo negó. Pero con independencia de que fuese cierto o no el que las diera, lo incuestionable era la intencionalidad no sólo represora sino también escarmentadora de la “autoridad republicana”. No llegaron solo para sofocar un pequeño e inofensivo levantamiento campesino, como lo prueba el número de guardias enviado y su armamento (ametralladoras pesadas), el objetivo era amedrentar a los jornalero andaluces, convirtiendo Casas Viejas en una advertencia contra cualquier intento se “subvertir el orden” y sus consecuencias. Se pretendía sembrar el terror como forma de mantener el sometimiento obrero e impedir las huelgas revolucionarias.
Blas Infante, consciente del significado simbólico de los hechos, incluso más allá del propio acto represivo y asesino, como ejemplo de la continuación de esos “siglos de guerra”, como nos recuerda nuestro himno,  por su tierra y su libertad, entre el pueblo andaluz y las “autoridades” españolas de cada momento, se desplazó días después hasta la localidad con Pedro Vallina, líder intelectual cenetista y discípulo de Fermín Salvochea,  y recogió un rosal silvestre que encontró junto a los restos aún humeantes de la casa de Seisdedos, trasplantándolo en el jardín de la suya. Os ofrecemos a continuación el relato que, en su autobiografía, realiza el propio Vallina de ello.
“En aquel corralón de Seisdedos, en Casas Viejas, en donde fueron sacrificados muchos jornaleros andaluces en aras de una República macabra, fue arrancado de cuajo en la refriega un rosal anónimo, que rodaba por los suelos cubierto de lodo y sangre.
Mi gran amigo Blas Infante fue en peregrinación a Casas Viejas, contempló la caseta en ruinas de Seisdedos con sus ojos cegados por las lágrimas, y recogió condolido aquel rosal profanado por las bestias sanguinarias del Poder. Lo llevó piadosamente a Sevilla y lo plantó en el más fértil suelo de su jardín, y lo regó con la más cristalina de sus aguas.
El rosal se vistió pomposamente de verde y se cubrió de capullos prometedores de las más bellas rosas. Y fueron objeto constante de especulación por porte de los visitantes del jardín las flores rojas que un día brotarían de aquel rosal cogido en la casita del crimen, rojos como el color de la sangre derramado por los campesinos mártires, rojos como el color de la bandera de la rebelión de los esclavos.
Pero una esplendoroso mañana de primavera, en que la naturaleza renacía en un ambiente de luz y pájaros, al toque del alba dado por las campanas de la torre morisca, cambió el rosal sus capullos por unas hermosas flores, no rojas, como se esperaba, sino blancas como el color de la nieve y el armiño. ¡Cómo se regocijaba Blas Infante de la ocurrencia del rosal, burlando nuestras esperanzas y ajeno al furioso batallar de los hombres! Para nosotros, el rosal, agradecido, reflejaba en aquellas rosas blancas y puras lo conciencia inmaculada de Blas Infante, que lo había devuelto a la vida.
Otros bárbaros como los asesinos de Casas Viejas, esta vez no disfrazados con el gorro frigio, sino llevando por enseña la cruz gamada, aparecieron en Sevilla de improviso y dieron muerte al más ilustre de sus hijos: Blas Infante. El duelo tendió su manto sobre la viuda y huérfano del caído, y el jardín, no regado más que con lágrimas de dolor, se convirtió en campo yermo.
El rosal perdió su lozanía, dejó caer como lágrimas, las hojas mustias de sus rosas; se despojó de su ropaje verde y se vistió con otro gris, de luto; y por último, la savia dejó de correr por sus venas. Y en una oscura noche sin luna y sin estrellas, exhaló su último suspiro el rosal de Seisdedos. Único superviviente dela más inicua de las tragedias, digna de la pluma del gran Esquilo.
Ya en el jardín no hay mayores, ni niños juguetones, ni pájaros cantores, ni flores blancas ni rojas, ni aguas cristalinas, ni por allí cruzan, como otras veces, visitantes soñadores. El desastre cobijo aquella tierra del crimen, en la que no crecen, como en el corralón de Seisdedos, más que cardos y espinas. Como no hay noche sin aurora, esperemos un alba rojo, tan encendido que todo lo revestirá de color de fuego, como el que arde imperecedero en nuestros corazones de revolucionarios andaluces”.
La Otra Andalucía

Videos: Casas Viejas, el grito del Sur, documental de Martín Patino, dividido en siete partes.




viernes, 9 de enero de 2015

Je ne suis pas Charlie (Yo no soy Charlie)

Parto aclarando antes que nada, que considero una atrocidad el ataque a las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo en París y que no creo que, en ninguna circunstancia, sea justificable convertir a un periodista, por dudosa que sea su calidad profesional, en un objetivo militar. Miles de personas, comprensiblemente afectadas por este atentado, han circulado mensajes en francés diciendo “Je Suis Charlie” (Yo soy Charlie), como si este mensaje fuera el último grito en la defensa de la libertad. Pues bien, yo no soy Charlie. No me identifico con la representación degradante y “caricaturesca” que hace del mundo islámico, en plena época de la llamada “Guerra contra el Terrorismo”, con toda la carga racista y colonialista que esto conlleva. Europa se consume en una espiral de odio xenófobo, de islamofobia, de anti-semitismo (los palestinos son semitas, de hecho) y este ambiente se hace cada vez más irrespirable. Los musulmanes ya son los judíos en la Europa del siglo XXI, y los partidos neo-nazis se están haciendo nuevamente respetables 80 años después gracias a este repugnante sentimiento. Por todo esto, pese a la repulsión que me causan los ataques de París, Je ne suis pas Charlie. 

 http://www.anarkismo.net/article/27767




Je ne suis pas Charlie
(Yo no soy Charlie)

Parto aclarando antes que nada, que considero una atrocidad el ataque a las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo en París y que no creo que, en ninguna circunstancia, sea justificable convertir a un periodista, por dudosa que sea su calidad profesional, en un objetivo militar. Lo mismo es válido en Francia, como lo es en Colombia o en Palestina. Tampoco me identifico con ningún fundamentalismo, ni cristiano, ni judío, ni musulmán ni tampoco con el bobo-secularismo afrancesado, que erige a la sagrada “République” en una diosa. Hago estas aclaraciones necesarias pues, por más que insistan los gurús de la alta política que en Europa vivimos en una “democracia ejemplar” con “grandes libertades”, sabemos que el Gran Hermano nos vigila y que cualquier discurso que se salga del libreto es castigado duramente. Pero no creo que censurar el ataque en contra de Charlie Hebdo sea sinónimo de celebrar una revista que es, fundamentalmente, un monumento a la intolerancia, al racismo y a la arrogancia colonial. 

Miles de personas, comprensiblemente afectadas por este atentado, han circulado mensajes en francés diciendo “Je Suis Charlie” (Yo soy Charlie), como si este mensaje fuera el último grito en la defensa de la libertad. Pues bien, yo no soy Charlie. No me identifico con la representación degradante y “caricaturesca” que hace del mundo islámico, en plena época de la llamada “Guerra contra el Terrorismo”, con toda la carga racista y colonialista que esto conlleva. No puedo ver con buena cara esa constante agresión simbólica que tiene como contrapartida una agresión física y real, mediante los bombardeos y ocupaciones militares a países pertenecientes a este horizonte cultural. Tampoco puedo ver con buenos ojos estas caricaturas y sus textos ofensivos, cuando los árabes son uno de los sectores más marginados, empobrecidos y explotados de la sociedad francesa, que han recibido históricamente un trato brutal: no se me olvida que en el metro de París, a comienzos de los ‘60, la policía masacró a palos a 200 argelinos por demandar el fin de la ocupación francesa de su país, que ya había dejado un saldo estimado de un millón de “incivilizados” árabes muertos. No se trata de inocentes caricaturas hechas por libre pensadores, sino que se trata de mensajes, producidos desde los medios de comunicación de masas (si, aunque pose de alternativo Charlie Hebdopertenece a los medios de masas), cargados de estereotipos y odios, que refuerzan un discurso que entiende a los árabes como bárbaros a los cuales hay que contener, desarraigar, controlar, reprimir, oprimir y exterminar. Mensajes cuyo propósito implícito es justificar las invasiones a países del Oriente Medio así como las múltiples intervenciones y bombardeos que desde Occidente se orquestan en la defensa del nuevo reparto imperial. El actor español Willy Toledo decía, en una declaración polémica -por apenas evidenciar lo obvio-, que “Occidente mata todos los días. Sin ruido”. Y eso es lo que Charlie y su humor negro ocultan bajo la forma de la sátira.

No me olvido de la carátula del N°1099 de Charlie Hebdo, en la cual se trivializaba la masacre de más de mil egipcios por una brutal dictadura militar, que tiene el beneplácito de Francia y de EEUU, mediante una portada que dice algo así como “Matanza en Egipto. El Corán es una mierda: no detiene las balas”. La caricatura era la de un hombre musulmán acribillado, mientras trataba de protegerse con el Corán. Habrá a quien le parezca esto gracioso. También, en su época, colonos ingleses en Tierra del Fuego creían que era gracioso posar en fotografías junto a los indígenas que habian "cazado", con amplias sonrisas, carabina en mano, y con el pie encima del cadáver sanguinolento aún caliente. En vez de graciosa, esa caricatura me parece violenta y colonial, un abuso de la tan ficticia como manoseada libertad de prensa occidental. ¿Qué ocurriría si yo hiciera ahora una revista cuya portada tuviera el siguiente lema: “Matanza en París. Charlie Hebdo es una mierda: no detiene las balas” e hiciera una caricatura del fallecido Jean Cabut acribillado con una copia de la revista en sus manos? Claro que sería un escándalo: la vida de un francés es sagrada. La de un egipcio (o la de un palestino, iraquí, sirio, etc.) es material “humorístico”. Por eso no soy Charlie, pues para mí la vida de cada uno de esos egipcios acribillados es tan sagrada como la de cualquiera de esos caricaturistas hoy asesinados. 

Ya sabemos que viene de aquí para allá: habrá discursos de defender la libertad de prensa por parte de los mismos países que en 1999 dieron la bendición al bombardeo de la OTAN, en Belgrado, de la estación de TV pública serbia por llamarla “el ministerio de mentiras”; que callaron cuando Israel bombardeo en Beirut la estación de TV Al-Manar en el 2006; que callan los asesinatos de periodistas críticos colombianos y palestinos. Luego de la hermosa retórica pro-libertad, vendrá la acción liberticida: más macartismo dizque “anti-terrorismo”, más intervenciones coloniales, más restricciones a esas “garantías democráticas” en vías de extinción, y por supuesto, más racismo. Europa se consume en una espiral de odio xenófobo, de islamofobia, de anti-semitismo (los palestinos son semitas, de hecho) y este ambiente se hace cada vez más irrespirable. Los musulmanes ya son los judíos en la Europa del siglo XXI, y los partidos neo-nazis se están haciendo nuevamente respetables 80 años después gracias a este repugnante sentimiento. Por todo esto, pese a la repulsión que me causan los ataques de París, Je ne suis pas Charlie.

José Antonio Gutiérrez D.
7 de Enero, 2015



martes, 6 de enero de 2015

Marcel Khalifa

Marcel Jalifa o Jalife (en árabeمرسيل خليفة): cantautor y compositor libanés. Su apellido puede encontarse escrito en caracteres latinos frecuentemente como Khalifa, Khalifah, Khalife o Khalifeh.1 Nació en 1950 en Amshit, localidad de la Gobernación del Monte Líbano.
Jalifa es uno de los músicos libaneses contemporáneos más conocidos, tanto en el Mundo Árabe como fuera de él, y también uno de los más renombrados especialistas en laúd árabe.
Estudió laúd en el Conservatorio Nacional de Beirut, y fue profesor del mismo instrumento, en el mismo conservatorio y en otras instituciones libanesas, entre 1970 y 1975. Partiendo de las técnicas más estrictas, ha ido desarrollando y ampliando las posibilidades del laúd desde sus primeras actuaciones públicas, como solista, en varios países árabes y europeos.
En 1972 creó en su pueblo natal un grupo dedicado al mantenimiento de la herencia musical libanesa y al desarrollo de la música coral árabe. Éste fue conocido sobre todo en el Líbano. En 1976 un nuevo grupo, Al-Mayādīn, recoge la experiencia del anterior y adquiriere pronto una notoriedad que traspasa las fronteras de su país natal. Con Al-Mayādīn, empieza a hacer giras por los países árabes, ÁfricaEuropaEstados UnidosCanadáAmérica Latina y Japón, actividad que ha seguido realizando hasta hoy.
En 1974 Marcel Jalifa comenzó a componer música para cine y danza, siendo uno de los creadores del llamado ballet popular oriental. Ha adaptado musicalmente textos de importantes poetas árabes contemporáneos, en especial del palestino Mahmud Darwish.
Sus canciones suelen tener contenido político y social, siendo un representante de la música árabe de izquierda. Uno de los motivos centrales de su obra ha sido el apoyo a la lucha de liberación nacional de los palestinos y la crítica de la ocupación militar israelí. En Palestina, de hecho, Jalifa goza de una gran popularidad. En 1999 se le concedió el Premio de la Música Palestina. A su vez, contribuyó a la financiación del Conservatorio Nacional de Música de la Universidad de Bir Zeit en Palestina. En 2005, fue nombrado Artista Unesco para la Paz.
Video:
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lunes, 5 de enero de 2015

DE "TOMAS" Y "MITOS"

http://laotraandalucia.org/node/2219

LAS CELEBRACIONES DE LAS CONQUISTAS DE LAS CIUDADES ANDALUZAS COMO FORMA DE FIJAR LOS MITOS EN EL IDEARIO COLECTIVO ANDALUZ.






A cada periodo de toma de conciencia identitaria y activismo político y social en la dirección de la recuperación de derechos colectivos en Andalucía, ha seguido un periodo de dura represón cultural y política.

A los movimientos soberanistas del S.XVIII y primer tercio del S.XX continuó un largo periodo de represión cuyos marcadores culturales continuan en la actualidad.

El Nacional-Catolicismo instaurado por el Dictador Francisco Franco tras el triunfo del golpe de Estado militar, protagonizó una represión política contra todos los movimientos opositores, incluido el nacionalismo andaluz, cuyo punto más álgido es el asesinato de Blas Infante.

A la represión política a través de asesinatos, encarcelamientos, deportaciones...le siguió la represión cultural que intentaba borrar la historia y cultura andaluza del imaginario colectivo para asimilarla a una historia inventada que sirviera como amalgama del nuevo Estado para mantener los mismos principios que llevaron a los Reyes Católicos a las operaciones de conquista que forjaron el actual Estado español: unidad territorial, religiosa y lingüstica que sirviera a a la nobleza conquistadora para controlar a la población conquistada. Asimilación o represión fue la política seguida por las monarquías castellanas con respecto a la población andaluza. La Dictadura franquista siguió el mismo método de control. Una vez finalizada la represión política comenzó la represión cultural a través del control de la información, de la formación y la divulgación histórico-cultural.

En la tarea de obligar al pueblo andaluz a aceptar los prejuicios, dogmas y Mitos que los asimilaran a la “historia oficial” tuvo especial importancia la celebración de las “Tomas”, “Pendones” “Moros y cristianos” y otras representaciones populares de la conquista, cuyo inicio está en el comienzo de la Dictadura franquista.

Las “Tomas”, “Pendones” y demás representaciones públicas reproducían la sumisión de la población conquistada a los poderes del Estado: Iglesia, Ejército y administración. Estas representaciones eran el complemento a las políticas educativas y culturales que desde el inicio de la Dictadura se implementaron en toda la geografía andaluza y “española” basadas en la conversión de Mitos y Leyendas en “fuentes históricas”. De esta forma se formó a los jóvenes andaluces en los Mitos de la invasión de los árabes, la Reconquista, la expulsión de los moriscos y la la repoblación de Andalucía con Castellanos y Gallegos. El resultado de estas políticas educativas y asimiladoras fue el esperado, la pérdida de la identidad colectiva andaluza y su sustitución por una “identidad española” anti-andaluza, formada por prejuicios contra la propia historia andaluza y contra aquellos andaluces que se resistieron a la conquista, los mismos que ahora eran considerados extranjeros por sus propios descendientes.

El Mito concluyente de las políticas asimilistas es el de la “repoblación” de Andalucía con castellanos y gallegos, ya que el éxito de esta “leyenda” desarmaba cualquier reivindicación en base a cuestiones identitarias, culturales, idiomáticas o históricas. La aculturación programada pudo favorecer la propagación del Mito, ya que hubiera sido imposible en una sociedad formada e informada. La creación del prejuicio hacia el “moro” hacia el diferente, hacia el “otro” permitió la penetración de unas ideas tan burdas y tan carentes de veracidad como las de la “repoblación”.

Una prueba de la vulgaridad de y falsedad de los argumentos esgrimidos por los propagadores de Mitos es la de la repoblación de las Alpujarras con Gallegos.

No voy a escribir contra un pueblo tan querido y admirado como el gallego y que como el andaluz ha sufrido la represión y la manipulación por parte del Estado español, pero no me queda más remedio que calificar de burda la idea de la repoblación gallega de la Alpujarra.

La idea base para esta ridícula afirmación está en la coincidencia toponímica de algunos pueblos alpujarreños y gallegos, tales como Pampaneira, Capileira...que por su terminación podría parecer de procedencia gtallega.

La interpretación colonial de la historia hace el resto del trabajo: si hay una relación toponímica es debido a una “repoblación” de gallegos en la Alpujarra. Para tal manipulación se ha tenido que obviar la historia de estas poblaciones, rechazar los estudios antropológicos relativos a costumbres, gastronomía, construcción, métodos agrícolas, lengua...datos que desmienten categóricamente el asentamiento de poblaciones gallegas en la Alpujarra.

Pero hasta el principal argumentario para sostener esa “repoblación” se desmonta fácilmente al poner sobre la mesa la historia de las poblaciones alpujarreñas, cuyos orígenes se remontan a la época prerrománica, siendo de procedencia bereber como lo demuestran diferentes estudios multidisciplinares. Y si la toponímia demuestra una relación entre poblaciones alpujarreñas y gallegas ¿a qué se debe?. Pues simplemente a emigraciones de poblaciones de origen bereber desde el Sur peninsular hacia el Norte en épocas remotas.

La deconstrucción de la historia despojándola de la interpretación colonial y de los Mitos y Leyendas que los intereses ideológicos han hecho pasar por fuentes históricas, nos dará el conocimiento de una historia ajustada a la realidad de nuestro pueblo.

Al mismo tiempo que vamos construyendo la historia que nos han robado, que han intentado ocultarla bajo miles de mitos, leyendas, mentiras, manipulaciones, falsedades...tenemos que seguir denunciando la celebración de actos racistas y xenófobos promovidos por los herederos políticos de los genocidas que en el S.XV asesinaron, deportaron, violaron, esclavizados y aculturizaron a aquellos que por negarse a renunciar a su soberanía y a su cultura, se opusieron a la conquista y a la imposición unicultural que trajeron los conquistadores e impusieron a sangre y fuego.

Las protestas contra las “Tomas” y “Pendones” es el rechazo a la sumisión a los poderes del Estado, así como el rechazo a la interpretación colonial de la historia andaluza.

Por todo esto, seguiremos investigando y difundiendo la historia y la cultura andaluza todos los días del año, sin olvidarnos de nuestra cita en Graná el 2 de Enero para gritarles a los herederos del genocidio “Los genocidios no se celebran”, “no eran moros, eran granainos”, “No a la Toma. Sí a Mariana” y exigir “volver a ser lo que fuimos” mientras resuena el grito de “INDEPENDENCIA, INDEPENDENCIA, INDEPENDENCIA”.

Alí Manzano.


imagen: 

domingo, 4 de enero de 2015

Granada, 2 de enero: la izquierda oficial ausente y la real luchando en la calle (fotos y videos)


Un año más, la Andalucía consciente y resistente, la democrática y antifascista, la de la izquierda y el andalucismo real, se dio cita en la Plaza del Carmen para mostrar su rechazo  e indignación ante la continuación de la celebración pública e institucional del llamado “Día de la Toma” de Granada, una festividad fascista,  reaccionaria, racista y antiandaluza.http://www.laotraandalucia.org/node/2217

 El pasado viernes, 2 de enero, cientos de andaluces y andaluzas se fueron concentrando desde las 10 de la mañana en la Plaza del Carmen, junto al Ayuntamiento de la ciudad, para mostrar, de forma activa y pública, su repulsa y oposición a la celebración de “la Toma”. A lo largo de todo el acto, desde la concentración antifascista, repleta de arbonaidas, así como de banderas de otros pueblos y  banderas revolucionarias, fueron constantes los gritos contra el mismo, con eslóganes como: “2 de enero nada que celebrar”, “los genocidios no se celebran”, “no eran moros eran granadinos”, “no a la Toma si a Mariana” o “esta será la última toma”. También los abucheos al paso de las autoridades civiles y militares, así como al del cortejo. Dichos gritos y abucheos arreciaron cuando las tropas desfilaron ante el pendón de los conquistadores o éste era  tremolado en el balcón consistorial y se interpretaba el himno español.

 Como todos los años, una reproducción del pendón usado por los reyes castellano-aragoneses en la conquista de la población desfiló, junto a un ridículo cortejo de figurantes, acompañado sólo por los concejales del PP y la del UPyD, ya que los de PSOE e IU se ausentaron, desde el Ayuntamiento hasta la catedral, donde el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, celebró una misa solemne de “acción de gracias”. Durante la homilía, el arzobispo llegó a afirmar que la conquista de Granada “fue la más humana de cuantas guerras ha conocido la Humanidad". Tras rendir homenaje a los “reyes católicos”, las autoridades acompañaron al pendón de vuelta hasta la casa consistorial, a cuyo balcón principal fue sacado para ser  tremolado por tres veces, vitoreado por los fascistas congregados en el lugar.

 De nuevo, los numerosos grupos de fascistas, la mayoría venidos de diferentes lugares en autobuses, fueron dejados a su aire por la policía local y estatal, que tuvieron la más completa libertad para lanzar sus soflamas, antidemocráticas, supremacistas e  islamómobas las “fuerzas de seguridad” se limitaban a vigilar y controlar exclusivamente a los antifascistas. Podéis comprobarlo en el primer video adjunto.

 Destacar como de nuevo los "independientes" medios de comunicación ignoraron a los que se oponen activamente en la plaza, o los minusvaloraron e insultaron, comparando y equiparandoa  demócratas y totalitarios, fascistas y antifascistas, y calificándolos de” minoría radical”, en la línea oficial trasmitida por las autoridades. En éste sentido son esclarecedoras las declaraciones del alcalde, Torres Hurtado, que ha destacado que la ciudad tiene un gran aprecio a este día “ya que recuerda la formación del primer reino moderno de Europa, y hacemos lo que nos piden los granadinos, que es celebrar este día con rigor, a pesar de los radicales”. Según él estos “grupos radicales deberían dejar de ser intolerantes y respetar lo que la mayoría quiere”. En realidad la mayoría de los granadinos “pasan” de dicho acto, como demuestra la escasa asistencia al paso del cortejo, como lo demuestra el segundo video. Por otro lado, subrayemos como para Torres Hurtado los “radicales” y los “intolerantes”, son los demócratas y antifascistas que se oponen. Con los fascistas no tiene problema alguno.

 Por su parte, la neoderecha supuestamente laica y moderna de UPyD, ha mostrado su carácter españolista y reaccionario defendiendo el 2 de Enero. La concejala de la formación, Mayte Olalla, no sólo participó en el cortejo sino que realizó declaraciones en las que calificaba “la Toma” como acto “festivo”, que “no va contra nadie”, así como “una fiesta de todos”. Pero lo más sorprendente es que, tras criticar a los que tergiversan la histórica calificando los hechos como genocidio, ofreció una nueva versión de la conquista de la ciudad según la cual fue un simple “traspaso de poderes” entre Boabdil y los “reyes católicos”, por lo que no habría “nada que esconder ni de lo que avergonzarse” . Otra cosa, añadió, es que los Reyes Católicos decidieran años después expulsar a los judíos “Pero eso ocurrió después y no es lo que se festeja ahora”.

 Cañamero con la izquierda oficial en lugar de con la real


 También un año más, mientras la izquierda real, agrupada en la Plataforma contra el 2 de Enero,  salía a la calle a oponerse activamente frente a la celebración de “la Toma”, la izquierda oficial se encerraba para mostrar su oposición de manera meramente simbólica y sin interferir con su celebración. Justo lo que pretende la derecha. Agrupados en torno a otra plataforma, “Granada abierta”, se limitaron a dar sus discursos en pro de la tolerancia y a escucgar un concierto de música entre las cuatro paredes de la Fundación Euroárabe.

 Este 2 de enero se cumplían veinte años de la formación de la Plataforma “Granada abierta”. Con este motivo, sus portavoces, Francisco Vigueras y Juan Antonio Díaz, publicaron un artículo en el que pretenden reescribir la historia, afirmando que “cuando los investigadores consulten la hemeroteca, comprobarán que, frente a los gritos racistas en la Plaza del Carmen, un puñado de ciudadanos nos hemos movilizado en un acto alternativo, cada 2 de enero, para defender la dignidad de esta ciudad”. Con estas declaraciones, no sólo se atribuyen en exclusividad la oposición a “la Toma”, ignorando a la otra plataforma, la Plataforma contra el 2 de Enero, la única que convoca la concentración en la Plaza y la únca que sí realmente están enfrentándose a esos “gritos racistas”, no ellos encerrados entre cuatro paredes, sino que además ningunean a todos los que ya antes de su existencia se oponían a la celebración, también de forma activa. Basta con ir a las hemerotecas para comprobar los múltiples enfrentamientos habidos antes de 1995.

 Este año, al acto alternativo oficial “Toma no, Mariana sí”, celebrado en la Fundación Euroárabe por “Granada abierta”, se ha sumado el portavoz nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Diego Cañamero, que en lugar de unirse a los concentrados en la Plaza, entre los que se encontraban sus propios afiliados, ha preferido asistir al inicuo de la izquierda oficial y la progresía intrascendente. Se ha tratado de defenderlo arguyendo que “Cañamero, aconsejado por los propios militantes del SAT, no acudió al acto por motivos de seguridad”. Lo cual no se sostiene. ¿Qué había de extraordinario este 2015 con respecto al 2012? El mismo acto, la misma lucha, los mismos fascistas y en la misma cantidad, etc. En cambio, ese año 2012 si que estuvo en la Plaza, junto a Sánchez Gordillo, y ha propuesta también de miembros del SAT, de otros distintos a estos del supuesto consejo, y sin que nada ocurriera, como pudo comprobar. Nada había que temer. Cientos de antfacistas les escoltaron y protegieron desde su llegada hasta su partida, lo cual hubiese vuelto a ocurrir este año. Todo esto imaginamos que tuvo que sopesarlo, junto a dicho consejo, antes de tomar su decisión.

 Porque lo cierto es que, con independencia de las supuestas recomendaciones, fue él quien escogió estar ese día con la izquierda oficial en lugar de con la izquierda real. Y con su decisión evidentemente no sólo ha respaldado implícitamente un acto en lugar de otro, y una plataforma en lugar de la otra, sino, además, la contrapuesta actitud ante “la Toma” de unos y otros, dando un obvio espaldarazo a la postura del reformismo y el regionalismo de dejar la calle en manos del fascismo. Un claro y grave error de estrategia, otro más, de Diego Cañamero y la dirección del SAT en los últimos tiempos. O quizás no, quizás no sea un simple error sino un ejemplo más de un cambio de estrategia general y premeditado.


 Quienes sí estuvieron en la Plaza, junto a sus compañeros, fueron los sancionados y expulsados del SAT por Cañamero y la dirección del sindicato, por denunciar y oponerse a los indicios de corrupción detectados en el SAT de Almería, a los que en lugar de aplaudir y apoyar por su honestidad, Cañamero insultó calificándolos públicamente como “infiltrados de la policía que se han infiltrado para desprestigiar a este sindicato” e “infiltrados de la derecha para romper este sindicato”. En una de las fotos adjuntas puede verse a unos de los represaliados, el ex portavoz del SAT en Almería, Mariano Junco, y en el primer video se le puede observar agitando la arbonaida y gritando a los fascistas.

 Mención aparte cabe esa especie de estrambótica “tercera vía”. Ese acto "alternativo a la politizada Toma", que bajo el lema "Todos somos paseantes, todos somos extranjeros" se dio cita por tercer año en la Puerta de la Justicia de la Alhambra para realizar su “Atardecer poético en la Alhambra”, y que pretende oponerse a la Toma "sin politizarse" con un recorrido por lugares clave de la antigua ciudad nazarí y una “lectura poética” en la Puerta de la Justicia de la Alhambra.

 La Otra Andalucía  Fotos:
1ª, ni un policía vigilando a los fascistas. 2ª, abucheos de los antifascistas al paso del ejército. 3ª la concenración antifascista. 4ª Mariano Junco, a la izuierda portando una arbonaida. 5ª todos los policías pendientes sólo de los antifascistas.
Videos:1º, del acto en la Plaza. 2º, del cortejo desfilando por el centro de la ciudad.






Vídeo: