LAS CELEBRACIONES DE LAS CONQUISTAS DE LAS CIUDADES ANDALUZAS COMO FORMA DE FIJAR LOS MITOS EN EL IDEARIO COLECTIVO ANDALUZ.
A cada periodo de toma de conciencia
identitaria y activismo político y social en la dirección de la
recuperación de derechos colectivos en Andalucía, ha seguido un periodo
de dura represón cultural y política.
A los movimientos soberanistas del S.XVIII
y primer tercio del S.XX continuó un largo periodo de represión cuyos
marcadores culturales continuan en la actualidad.
El Nacional-Catolicismo instaurado por el
Dictador Francisco Franco tras el triunfo del golpe de Estado militar,
protagonizó una represión política contra todos los movimientos
opositores, incluido el nacionalismo andaluz, cuyo punto más álgido es
el asesinato de Blas Infante.
A la represión política a través de
asesinatos, encarcelamientos, deportaciones...le siguió la represión
cultural que intentaba borrar la historia y cultura andaluza del
imaginario colectivo para asimilarla a una historia inventada que
sirviera como amalgama del nuevo Estado para mantener los mismos
principios que llevaron a los Reyes Católicos a las operaciones de
conquista que forjaron el actual Estado español: unidad territorial,
religiosa y lingüstica que sirviera a a la nobleza conquistadora para
controlar a la población conquistada. Asimilación o represión fue la
política seguida por las monarquías castellanas con respecto a la
población andaluza. La Dictadura franquista siguió el mismo método de
control. Una vez finalizada la represión política comenzó la represión
cultural a través del control de la información, de la formación y la
divulgación histórico-cultural.
En la tarea de obligar al pueblo andaluz a
aceptar los prejuicios, dogmas y Mitos que los asimilaran a la
“historia oficial” tuvo especial importancia la celebración de las
“Tomas”, “Pendones” “Moros y cristianos” y otras representaciones
populares de la conquista, cuyo inicio está en el comienzo de la
Dictadura franquista.
Las “Tomas”, “Pendones” y demás
representaciones públicas reproducían la sumisión de la población
conquistada a los poderes del Estado: Iglesia, Ejército y
administración. Estas representaciones eran el complemento a las
políticas educativas y culturales que desde el inicio de la Dictadura se
implementaron en toda la geografía andaluza y “española” basadas en la
conversión de Mitos y Leyendas en “fuentes históricas”. De esta forma se
formó a los jóvenes andaluces en los Mitos de la invasión de los
árabes, la Reconquista, la expulsión de los moriscos y la la repoblación
de Andalucía con Castellanos y Gallegos. El resultado de estas
políticas educativas y asimiladoras fue el esperado, la pérdida de la
identidad colectiva andaluza y su sustitución por una “identidad
española” anti-andaluza, formada por prejuicios contra la propia
historia andaluza y contra aquellos andaluces que se resistieron a la
conquista, los mismos que ahora eran considerados extranjeros por sus
propios descendientes.
El Mito concluyente de las políticas
asimilistas es el de la “repoblación” de Andalucía con castellanos y
gallegos, ya que el éxito de esta “leyenda” desarmaba cualquier
reivindicación en base a cuestiones identitarias, culturales,
idiomáticas o históricas. La aculturación programada pudo favorecer la
propagación del Mito, ya que hubiera sido imposible en una sociedad
formada e informada. La creación del prejuicio hacia el “moro” hacia el
diferente, hacia el “otro” permitió la penetración de unas ideas tan
burdas y tan carentes de veracidad como las de la “repoblación”.
Una prueba de la vulgaridad de y falsedad
de los argumentos esgrimidos por los propagadores de Mitos es la de la
repoblación de las Alpujarras con Gallegos.
No voy a escribir contra un pueblo tan
querido y admirado como el gallego y que como el andaluz ha sufrido la
represión y la manipulación por parte del Estado español, pero no me
queda más remedio que calificar de burda la idea de la repoblación
gallega de la Alpujarra.
La idea base para esta ridícula afirmación
está en la coincidencia toponímica de algunos pueblos alpujarreños y
gallegos, tales como Pampaneira, Capileira...que por su terminación
podría parecer de procedencia gtallega.
La interpretación colonial de la historia
hace el resto del trabajo: si hay una relación toponímica es debido a
una “repoblación” de gallegos en la Alpujarra. Para tal manipulación se
ha tenido que obviar la historia de estas poblaciones, rechazar los
estudios antropológicos relativos a costumbres, gastronomía,
construcción, métodos agrícolas, lengua...datos que desmienten
categóricamente el asentamiento de poblaciones gallegas en la Alpujarra.
Pero hasta el principal argumentario para
sostener esa “repoblación” se desmonta fácilmente al poner sobre la mesa
la historia de las poblaciones alpujarreñas, cuyos orígenes se remontan
a la época prerrománica, siendo de procedencia bereber como lo
demuestran diferentes estudios multidisciplinares. Y si la toponímia
demuestra una relación entre poblaciones alpujarreñas y gallegas ¿a qué
se debe?. Pues simplemente a emigraciones de poblaciones de origen
bereber desde el Sur peninsular hacia el Norte en épocas remotas.
La deconstrucción de la historia
despojándola de la interpretación colonial y de los Mitos y Leyendas que
los intereses ideológicos han hecho pasar por fuentes históricas, nos
dará el conocimiento de una historia ajustada a la realidad de nuestro
pueblo.
Al mismo tiempo que vamos construyendo la
historia que nos han robado, que han intentado ocultarla bajo miles de
mitos, leyendas, mentiras, manipulaciones, falsedades...tenemos que
seguir denunciando la celebración de actos racistas y xenófobos
promovidos por los herederos políticos de los genocidas que en el S.XV
asesinaron, deportaron, violaron, esclavizados y aculturizaron a
aquellos que por negarse a renunciar a su soberanía y a su cultura, se
opusieron a la conquista y a la imposición unicultural que trajeron los
conquistadores e impusieron a sangre y fuego.
Las protestas contra las “Tomas” y
“Pendones” es el rechazo a la sumisión a los poderes del Estado, así
como el rechazo a la interpretación colonial de la historia andaluza.
Por todo esto, seguiremos investigando y
difundiendo la historia y la cultura andaluza todos los días del año,
sin olvidarnos de nuestra cita en Graná el 2 de Enero para gritarles a
los herederos del genocidio “Los genocidios no se celebran”, “no eran
moros, eran granainos”, “No a la Toma. Sí a Mariana” y exigir “volver a
ser lo que fuimos” mientras resuena el grito de “INDEPENDENCIA,
INDEPENDENCIA, INDEPENDENCIA”.
Alí Manzano.
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